- Visitá a tu nutricionista: es la mejor opción si querés tener la recomendación de un profesional y tener una dieta adecuada a tus necesidades.
- Iniciá la dieta antes: empezar la dieta durante el viaje puede ser muy exigido. Procurá empezar con unas semanas de anticipación para darle tiempo a tu cuerpo de acostumbrarse a la nueva rutina.
- Tomate el tiempo de organizar tu alimentación a la llegada: cuando llegues a destino ubicá: verdurerias, supermercados y restaurantes, y ármate un menú y una rutina de acuerdo a tu dieta.
- Priorizá las verduras, frutas de estación y los menúes del día: de esta forma comerás alimentos más nutritivos. Los menús del día (además de ser más económicos) suelen ser productos más frescos.
- Bebé suficiente agua: el agua es de vital importancia para llevar bien una dieta y para la salud en general. Procurá tomar como mínimo 8 vasos por día o más en caso de que hagas actividad física extra.
Si te vas a descansar algunos días de la dieta o querés darte un “permitido” y comer lo que se te antoja, evitá comidas muy grasosas, picantes o ácidas ya que son las que más pueden alterar el funcionamiento de la dieta que estés haciendo.
Recordá el valor energético de las frutas y frutos secos (¡Comelos en lugar de las golosinas!); comer como mínimo las tres comidas del día (también podés comer en porciones pequeñas varias veces si es la preferencia según tu metabolismo) y sacar el tiempo suficiente a la hora de comer, ya que hacerlo a las apuradas, distraído o estresado no aporta para una correcta alimentación.
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